En tiempos donde la opinión pública cuestiona a viva voz el rol de los medios de comunicación, TVN recoge el guante y cada noche realiza un cabildo llamado “No culpes a la noche”.
Con cero pretensión de audiencia, el canal público asume su condición de tal y pone en pantalla los temas que copan la agenda pública. El descontento social a través de dirigentes, alcaldes y líderes políticos. Tal como sucede en las mañanas, donde el matinal muestra una renovada cara, en la noche manda la conversación contingente.
Desde su aparición, el programa “No culpes a la noche” ha mutado en varias oportunidades. El principal cambio que sufrió el espacio fue la salida de Katherine Salosny, una baja que remeció los cimientos del espacio y que abrió la vieja discusión sobre el rol de los conductores: ¿Simples presentadores o elementos disonantes a la línea editorial? La respuesta la tienen en Bellavista 0990, canal donde Salosny tuvo que firmar su finiquito en medio de la densa nuble de especulaciones.
La conducción es un punto importante de analizar. Ellos son los encargados de moderar una conversación que a ratos se torna apasionante. Quizás la más débil en su rol sea Camila Stuardo. La exfigura de FOX Sport aún no logra empaparse del ritmo y carece de química con sus compañeros. Tal vez en un esquema más lúdico, la exchica Calle 7 podría tener más cancha y mostrar dotes que hoy no lucen en NCN.
Al otro lado de la vereda, aparece Gino Costa con muchas más herramientas comunicacionales que su colega. El periodista interviene en el momento justo y otorga las pausas necesarias, en un atmósfera donde se respira frustración y ansías por un Chile mejor.
Tomar el desafío de llevar cabildos a la televisión abierta es una decisión que pone a TVN en un importante sitial como plataforma del sentir ciudadano. Hasta el momento el Directorio de la estación ve con buenos el trabajo logrado por el equipo liderado por Pablo Venegas.
Eso desde lo político. Desde la industria hacer programas de nicho, con bajos costos de producción y con contenido, resulta una buena idea para los tiempos que corren, donde las maquinarias publicitarias han cerrado la llave a la espera que se calmen las aguas.
Capear el temporal con espacios editoriales es una opción válida. En TVN más que un camino opcional fue un imperativo consagrado en su acta fundacional: “Su programación debe promover y difundir la identidad cultural chilena, los valores de la democracia, los derechos humanos, el cuidado del medio ambiente y el respeto a las diversidades”.
Por el momento y mientras la efervescencia social continúe, en el canal público la pantalla seguirá en manos de los ciudadanos. En horabuena.