Me veo en la obligación de dirigirme a la opinión pública, especialmente a nuestros lectores y a los medios de comunicación, para esclarecer una serie de hechos y responder a las graves e infundadas acusaciones de las que he sido objeto.
1. Origen de la sociedad: En julio de 2018, fundé el portal El Filtrador bajo el dominio .cl, migrando estratégicamente en septiembre de ese año a Elfiltrador.com para potenciar su alcance. Con el objetivo de acelerar el crecimiento comercial del medio, en octubre de 2018 constituí una sociedad con el señor Daniel Fuenzalida. Los términos fueron claros y precisos: una participación igualitaria (50/50), donde su única y exclusiva responsabilidad era la gestión comercial y la captación de ingresos publicitarios, un área en la que yo no era experto.
2. Incumplimiento y quiebre de confianza: Pese a lo pactado, el señor Fuenzalida jamás cumplió con las obligaciones comerciales que asumió al entrar en la sociedad. El punto de quiebre definitivo ocurrió al primer año, cuando fui notificado por terceros de un acto de máxima deslealtad: el señor Fuenzalida, a mis espaldas y sin autorización alguna, inscribió a su nombre la marca «El Filtrador» ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) en las clases 16 y 35.
Al exigirle una explicación, su respuesta fue que lo hizo «como protección». Le respondí de manera inequívoca que una acción de esa naturaleza requería mi consentimiento explícito y que constituía una apropiación indebida de un activo que no le pertenecía. La confianza, pilar fundamental de toda sociedad, quedó irrevocablemente quebrantada.
3. Abuso y hostigamiento: Tras este acto, la relación se tornó insostenible. Le manifesté mi intención de disolver la sociedad, ante lo cual me ofreció vender su 50% por una cifra exorbitante e impagable, que rechacé de plano. Posteriormente, se negó a cumplir con responsabilidades básicas, como el pago de aguinaldos de Navidad al equipo, y en el verano de 2020 dejó sueldos impagos.
Ante estos graves incumplimientos, procedí a desvincularlo de toda operación interna y de las comunicaciones del equipo. A partir de ese momento, el señor Fuenzalida inició una campaña de hostigamiento sistemático vía correo electrónico, acusándome falsamente de estafa. El nivel de acoso fue tal que me vi forzado a buscar apoyo terapéutico para sobrellevar el proceso.
4. El silencio y la calumnia pública: Durante años, mantuve estos hechos en la esfera privada por respeto a mi equipo, por mi propia salud mental y para no perjudicar la imagen pública del señor Fuenzalida, de quien incluso cubrimos sus proyectos profesionales con la objetividad que nos caracteriza. He sido testigo de cómo ha replicado este patrón de inscribir marcas y dominios ajenos, justificándolo con el mismo pretexto de «protección».
Sin embargo, el silencio ha llegado a su fin. En una reciente emisión de un programa en Chilevisión, el señor Daniel Fuenzalida me ha calificado públicamente de «estafador». Esta afirmación es falsa, y constituye un delito de calumnia e injuria con publicidad. Es una línea que no estoy dispuesto a tolerar.
5. Cierre: Rechazo categóricamente estas acusaciones. Mi único propósito es recuperar lo que legítimamente me pertenece: la marca que ideé en 2016 y que he construido con esfuerzo y transparencia junto a mi equipo. Mi compromiso es y seguirá siendo ofrecer contenido de calidad y mantener la credibilidad que nuestra audiencia nos ha otorgado.
No descansaré hasta que se restituya mi propiedad intelectual y se haga justicia.
Juan Luis 16
Director y Fundador
El Filtrador