En memoria de Javiera Collel, Matías Vidal y Jonathan Vidal
No tenía muchas ganas pero dejaré que las palabras fluyan y lo que se lea sea lo que me dicta el corazón. Lo haré para expresar lo que muchos sienten tras el devastador accidente de bus que ocurrió la madrugada del viernes 2 de febrero, allá en Las Cuevas, donde empieza Argentina.
Me duele muchísimo que ya no estén más Javiera Collel, Matías Vidal y Jonathan Vidal. Viajaban por una aventura deportiva, cargaban sus maletas con sueños y los alimentaban con la alegría del grupo.
No volvieron con vida a nuestro país y sus compañeros cargaron de regreso un dolor que no olvidarán jamás. Será una de esas pesadillas que no abandonan, que persiguen por semanas, que se pierden por un tiempo pero que aparecen de vuelta cuando menos lo esperamos.
Es imposible no pensar en lo qué pasó. Un error humano fue el causante de este horror. Y hay que sentarse a meditar, a tratar de entender las razones por las que aún no seamos capaces de asumir como una obligación el dicho aquel que tantas veces hemos escuchado ???más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto???.
Matías siempre en la memoria
Cuando recibí la noticia, no pude evitar pensar en que Matías Vidal estuvo con nosotros en la Fundación Ganamos Todos, en una de las actividades que hicimos en el 2017, año en que partimos recorriendo La Araucanía.
En la final de un torneo en Villarrica, donde participaban damas y varones, Matías recibió el premio al mejor jugador de la cancha y con el triunfo su equipo ganó el derecho a participar en los United World Games en Klagenfrut, Austria.
Allí obtuvieron el título venciendo a un equipo de Hungría en definición a penales y también se ganaron la ovación que los esperaría en Villarrica al regreso. Bajo la lluvia de ese día, su gente reconoció la hazaña con vítores y aplausos, el alimento de los campeones. Así siguieron sumando sueños y alegrías.
En unos días este equipo estará en el torneo de Monte Patria que organizamos en la Fundación Ganamos Todos. Llegarán con las ilusiones de siempre aunque con menos alegría que la habitual porque Matías Vidal no estará con ellos en la cancha. Sí estoy seguro que su espíritu los acompañará para siempre.
No quiero escribir más. El dolor me ha ganado, al menos por un rato.