Lo que comenzó como un tenso cruce en un matinal ha escalado a una guerra de declaraciones de consecuencias impredecibles. Diana Bolocco se sumó al debate tras la polémica entrevista de Marco Enríquez-Ominami en "Buenos días a todos". La animadora defendió a Monserrat Álvarez y calificó la actitud del candidato como "irrespetuosa", desatando una furiosa respuesta del político que terminó con una sentencia lapidaria por parte del rostro de Chilevisión.
La crítica que encendió la pradera
El primer disparo de Diana Bolocco ocurrió en su programa "Plan Perfecto". Allí, sin nombrar directamente al candidato, se refirió al momento. “Me topé con una entrevista de una periodista de un matinal a un candidato, quien fue muy irrespetuoso con la periodista”, manifestó.
La conductora aplaudió la templanza de la animadora de TVN. “Monse, te aplaudo porque no caíste en su juego, no te picaste y contestaste bien, y él siguió”, sostuvo.
La réplica de Enríquez-Ominami
La respuesta de Marco Enríquez-Ominami llegó a través de sus redes sociales. Fue un contraataque directo y personal. “Invito a Diana Bolocco a ver la entrevista en lugar de opinar sobre extractos de redes sociales”, escribió el candidato.
El postulante a La Moneda no se detuvo ahí. Revivió un antiguo conflicto con la animadora. "Lamento que haya opinado sin todos los antecedentes, como lo hizo años atrás cuando difundió información falsa sobre mí y tuvo que pedirme disculpas", sentenció, añadiendo una capa de historia personal a la disputa.
El golpe final de Diana
La batalla parecía destinada a seguir escalando, pero Diana Bolocco decidió ponerle un punto final. En un audio de WhatsApp enviado al periodista Luis Sandoval y reproducido en el programa "Que te lo digo" del canal Zona Latina, la animadora hizo un mea culpa, no por sus dichos, sino por haber entrado en el juego.
"Le contesté a un par de colegas tuyos y después me arrepentí de haberle dado más argumentos a este señor, para que aparezca en la prensa", señaló en el registro.
Acto seguido, lanzó la frase que sella el conflicto con una acusación gravísima, cerrando cualquier posibilidad de diálogo. "Yo no le voy a contestar a una persona que miente, y que además denosta a las mujeres", sentenció, transformando una crítica televisiva en una condena personal de profundas implicancias.