Fue un romance que nació y murió bajo los focos. Ahora, lejos del torbellino, el comediante Diego Urrutia mira hacia atrás y reflexiona sobre la intensidad de su relación con Carla Jara. En una honesta entrevista, el humorista reveló el lado B de un vínculo marcado por la farándula, un quiebre doloroso y la sombra omnipresente de Francisco Kaminski.
"Les pedí perdón a mis papás"
El comediante conversó sin filtros con La Cuarta sobre lo que significó entrar en el mundo de Jara, justo después de su mediática separación. Urrutia confesó que la exposición fue la parte más difícil de sobrellevar. La presión era tan grande que, antes de que todo se hiciera público, sintió la necesidad de advertir a su propia familia.
"Cuando le conté a mis papás que estaba saliendo con alguien de la farándula les pedí perdón. Les pedí disculpas", sinceró el standupero. Su premonición fue clara: "Fue como 'papá, estoy conociendo a alguien, pero es de la tele, es de la farándula... entonces va a estar duro'".
Un quiebre sellado por la farándula
La relación, que duró algunos meses, terminó tan expuesta como comenzó. Urrutia reveló el momento exacto en que comprendió que no había vuelta atrás: cuando un programa de televisión lo contactó para preguntarle por el quiebre.
"Cuando me preguntaron de 'Primer Plano', ni siquiera tenía claro si habíamos terminado o no... o sea habíamos terminado, pero estaba muy reciente", admitió, exponiendo la brutalidad con que la industria a veces se adelanta a los duelos personales.
El comediante también recordó haber sentido la hostilidad del círculo cercano del exesposo de Carla Jara. "Me pelaban y eran amigos de Kaminski, pero ellos no lo decían", comentó, revelando las tensiones que rodeaban a la pareja.
Pese a la amarga experiencia, Diego Urrutia no le cierra la puerta al amor mediático. Asegura que nada le impide volver a sentir que, a pesar de los riesgos, una nueva relación "puede salir bien". Su confesión es el retrato de un hombre que entró de lleno al corazón de la farándula y que, aunque salió herido, no perdió la esperanza.