En una experiencia que sirve como advertencia para los viajeros, especialmente aquellos que necesitan medicamentos con recetas restringidas, Mario Kreutzberger, también conocido como Don Francisco, relató en una extensa carta publicada en El Mercurio su odisea al intentar obtener su medicamento para conciliar el sueño mientras se encontraba en Texas.
El domingo 26 de noviembre, Don Francisco fue invitado a visitar el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) en San Antonio. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando llegó al hotel por la noche y se dio cuenta de que había olvidado su medicamento en Miami.
El periplo de Don Francisco
El medicamento en cuestión, Lunesta (Eszopiclona), es un inductor del sueño que se vende solo con receta retenida debido a sus posibles riesgos de abuso y dependencia. Don Francisco sufrió de insomnio durante toda la noche y, al amanecer, intentó obtener una receta de su médico en Miami, según su propio relato.
Sin embargo, se encontró con obstáculos inesperados, ya que el médico no podía autorizar una receta fuera del estado de Florida. Desesperado por encontrar una solución, consideró incluso viajar a México para adquirir el medicamento sin tantas restricciones.
Finalmente, optó por una consulta de telemedicina con un médico local en Texas, quien, después de un extenso interrogatorio, emitió la receta y la envió a una farmacia local. Sin embargo, la farmacia presentó complicaciones, ya que las restricciones de recetas retenidas entre estados obstaculizaron la entrega del remedio.
Con la intervención del médico local, se logró finalmente obtener un medicamento alternativo llamado “Ambien” y otro inductor del sueño que no requería receta. A pesar de la dificultad, Don Francisco logró descansar, pero su experiencia plantea preguntas sobre las restricciones en la entrega de medicamentos recetados entre estados y la necesidad de encontrar soluciones más accesibles para los viajeros en situaciones similares.
Don Francisco: “¿Algo anda mal o soy yo el equivocado?”
“No sé ustedes, pero pienso sinceramente que 'aquí algo anda mal'. ¿Qué pasa en casos como el mío? A todos los que viajamos nos puede pasar que por cualquier razón tenemos que quedarnos más tiempo del planificado en un lugar lejos de nuestra casa, ciudad o país, y nos falta la dosis de algún medicamento con receta retenida, imprescindible para manejar dolores o inducir el sueño”, reclamó en su misiva.
“¿Algo anda mal o soy yo el equivocado? Si nadie me responde tendré que asociarme a la célebre frase del Chapulín Colorado: “¿Y ahora, quién podrá defendernos?”, culminó su relato.
La historia de Don Francisco destaca la importancia de abordar estos problemas para garantizar que los viajeros tengan acceso oportuno a los medicamentos necesarios, incluso cuando están lejos de su lugar de residencia.