"Lo medular es cierto": Fernando Solabarrieta confirma el mito sexual del camarín con Ivette Vergara en TVN y desclasifica cómo los pillaron

El capítulo de esta noche de “El Internado” (Mega) nuevamente mostrará una faceta más íntima de Fernando Solabarrieta, periodista que ha sorprendido con su participación en el reality show al abordar pasajes de su vida más personal.

De acuerdo con un adelanto, en la edición de hoy el comentarista deportivo se referirá a un rumor de pasillo que le llegó a Luis Sandoval y que apuntaba a que el periodista deportivo e Ivette Vergara fueron pillados al interior de un camarín en TVN cuando eran novios. El dato también señalaba que Solabarrieta se había escondido en el entretecho del canal.

Al respecto, el otrora rostro del canal público desestimó la parte de la huida: “esa parte no la recuerdo, puede ser parte de la leyenda”, sostuvo. Sin embargo, confirmó que el “núcleo es cierto” de la historia.

“Nosotros éramos novios y estábamos dentro del camarín y eso fue, la Ivette se acuerda porque yo no me acuerdo de que una vez alguien entró, incluso. Lo medular es cierto... y nos pilló, me dijo que no me acuerdo porque yo estaba de frente a la persona que abrió y no me dijo nada para que no me pusiera nervioso”, relató.

El “ente demoniaco”: La lucha de Fernando Solabarrieta

Por otra parte, en una actividad de “El Internado” donde Tonka Tomicic presentó a Roberto, un reconocido chamán y psíquico peruano, Fernando Solabarrieta se sinceró sobre su adicción, explicando que esta se “agudizó” hace dos años, llevándolo incluso a pensar que le “daba lo mismo seguir viviendo o no”.

En ese sentido, reconoció que solo pudo levantarse con la ayuda de su esposa. El diagnóstico del chamán fue brutal y aludió a una causa espiritual: “tú tienes un ente, un espíritu, un demonio que te quiere arruinar y quitar tu familia, porque tú lo has visto”.

Tras la revelación, el chamán realizó un ritual que culminará con Solabarrieta gritando fuertemente para liberarse. La emotiva ceremonia unirá a la casa en un abrazo colectivo, a excepción de Milo y Laura, quienes mantendrán distancia, marcando un quiebre en la reacción de la casa ante el drama personal del periodista.