El portal La Cuarta rememoró la edición del Copihue de Oro 2010, celebrada en el Teatro Caupolicán, una premiación que marcó un episodio complicado en la carrera del recordado animador de televisión Felipe Camiroaga.
En aquella ocasión, el entonces conductor del matinal Buenos días a todos de TVN fue galardonado como Mejor Animador por quinta vez consecutiva, gracias al apoyo mayoritario del público que lo eligió como su favorito. Sin embargo, a pesar de este logro, la recepción en el recinto no fue lo que se esperaba.
El Teatro Caupolicán, conocido por su ambiente efusivo y directo, no respondió con el entusiasmo que se anticipaba para uno de los rostros más queridos de la televisión chilena. Este episodio dejó una huella en la memoria de quienes estuvieron presentes y sigue siendo un punto de conversación sobre los altos y bajos que pueden enfrentar incluso las figuras más admiradas.
¿Qué sucedió aquella noche en la entrega del Copihue de Oro a Camiroaga?
En un principio, los aplausos llenaron el teatro, pero pronto dieron paso a una ola de pifias y muestras de descontento. Con un rostro visiblemente afectado, Camiroaga subió al escenario para enfrentar la situación con su característica humildad. «Esta noche me presento ante ustedes de frente, con mucha humildad, a recibir los premios que ustedes mismos me han entregado. Entiendo la molestia de muchos de ustedes. Muchas gracias, los quiero mucho», expresó el animador.
El malestar del público surgió a raíz de la polémica salida de Katherine Salosny del matinal Buenos días a todos, donde fue reemplazada por Carolina de Moras. Muchos culparon a Camiroaga de esta decisión, lo que lo puso en el centro de las críticas. Tras la premiación, el animador reconoció lo difícil que fue enfrentar ese momento, pero señaló con profesionalismo: «Yo soy la cara visible del canal y, en este sentido, hay que apechugar, nomás».
Por su parte, Katherine Salosny reveló tiempo después, en su libro «El abuso no es un espectáculo», que la situación fue extremadamente incómoda para ella. Según sus palabras, fue obligada a asistir a la ceremonia junto a Camiroaga para tratar de mitigar las críticas hacia el programa y el animador. «Felipe iba al lado mío agarrándome del brazo… como si nada hubiera pasado», escribió. Sin embargo, el público no reaccionó como se esperaba. «Las pifias hacia él eran espantosas… no pudo seguir hablando, se tuvo que ir del escenario», concluyó Salosny.
Con el tiempo, Felipe Camiroaga reflexionó sobre lo ocurrido y lo reconoció como una lección importante. «Aprendí una lección de humildad, una lección de que debemos hacer mejor las cosas», señaló en una ocasión.