Un día después de que Álvaro Ballero anunciara públicamente el fin de su matrimonio, su ahora exesposa, Ludmila Ksenofontova, reaccionó para entregar su versión de los hechos. A través de un contundente mensaje en sus redes sociales, la patinadora confirmó la separación, pero su foco fue uno solo: pedir respeto por su familia.
La petición de respeto a la intimidad
Frente a las teorías y comentarios que surgieron en redes sociales, Ksenofontova utilizó su cuenta de Instagram para hacer un fuerte llamado a la empatía. "Sé que muchos sienten cercanía con nuestra historia, pero en este momento necesito pedirles lo más importante: respeto a nuestra intimidad, a nuestra familia y, sobre todo, a nuestros niños", manifestó.
La deportista fue clara en su intención de proteger a su círculo más cercano del ruido mediático. “Les pido que eviten especulaciones o juicios. Somos una familia que busca transitar este proceso de la mejor manera posible para todos”, agregó.
Una confirmación con un tono diferente
El mensaje de Ludmila también sirvió para confirmar la noticia desde su perspectiva, enfocándose en la responsabilidad compartida. "Estamos atravesando un proceso difícil: Álvaro y yo hemos decidido tomar caminos separados. Es una decisión que asumimos con respeto mutuo y con la responsabilidad de cuidar lo más importante de nuestras vidas: nuestros cuatro hijos", expresó.
Para finalizar, la patinadora estableció un límite claro para la interacción en sus redes. "Si desean acompañarnos con palabras de cariño, serán bien recibidas. Y si con comentarios negativos, les pido que los guarden. Ser amables con las palabras también es una forma de acompañar", concluyó.
La declaración de Ksenofontova marca un contrapunto a la especulación. Su mensaje no busca dar detalles, sino proteger a su familia, estableciendo un estándar de respeto en medio de una de las separaciones -hasta ahora- más comentadas del año.