Hace algunas semanas, en el reality Palabra de Honor de Canal 13 se pudo ver la impactante caída que sufrió Natu Urtubias mientras descendía de una estructura metálica durante una competencia. En medio de la prueba, su pierna quedó atrapada, provocando que cayera desde una altura considerable, lo que finalmente la dejó fuera del encierro.
A varios días del incidente, Urtubia no había regresado a la casona-estudio ubicada en Perú. Sin embargo, en el capítulo de anoche finalmente reapareció para informar a sus compañeros sobre su estado de salud, momento en el que confirmó, con evidente pesar, que debía abandonar el programa de manera definitiva.
En conversación con El Filtrador Natu, relató cómo vivió ese difícil momento, los miedos que enfrentó y cómo se encuentra actualmente de salud. Además, hizo un balance de su paso por Palabra de Honor y comentó sobre las «relaciones» que forjó dentro del encierro.

¿Cómo enfrentó Natu Urtubia su accidente en Palabra de Honor y cuál es su estado de salud actual?
Estoy bien, la caída fue hace ya tres meses, en noviembre. De hecho, la recuperación era de tres meses, que es lo que se demora el cartílago en regenerarse. Por eso tenía que estar en reposo y, obviamente, salir de la competencia. Porque si bien no es algo que te genere secuelas, necesitaba reposo y cuidados. Lo hice al pie de la letra y ahora puedo volver a entrenar y retomar todo.
En ese momento pasaron muchas cosas por mi cabeza. Porque además tuvimos la mala suerte de que hubo un cambio de turno en la clínica, entonces un doctor decía una cosa muy catastrófica: ‘Hay que operar, un año de reposo’. Después venía otro y decía: ‘No, te vamos a hacer un examen’, y yo pensaba: ‘¿Cómo un año entero de reposo?‘. Otro decía: ‘En tres semanas estás bien‘. Entonces, esa mala suerte y esa semana en observación generaron mucha duda y miedo. Obviamente, los productores del canal me estaban acompañando y decían: ‘Mejor vamos a Chile, vemos una opinión desde cero, estás con tu familia tranquila y revisamos los cuidados necesarios’. Y lo hicimos de esa manera.
En Palabra de Honor vimos a una Natu Urtubias bastante «enamoradiza». ¿Hubo alguien que realmente logró mover algún sentimiento en usted?
Era mi primera vez en un reality y sentía que todo servía para la talla (ríe). Dije: ‘Voy a jotearme este cabro, total es modelo, ¿Quién me va a pescar? Voy a jugar con el otro también porque estoy aburrida, total todo es juego’. Nunca pensé que iba a funcionar, pero entre broma y broma.
Sentimientos reales por todos. Con Fabio (Agostini) me pasaba que… bueno, yo vengo de otro tipo de relaciones, que lo demuestran, tengo una mentalidad diferente en cuanto a las relaciones y no soy de enamorarme y tener una relación sentimental monógama. Para mí era real lo que sentía por Fabio, como amigo, como compañero, la persona que me cuidaba, calentaba… todo era real y se mantiene, nunca se me fue el sentimiento. Las veces que peleamos fue por malos entendidos, pero no por amor o celos, sino como: ‘Tenemos una complicidad y estás dañando esa complicidad’. Pero fue real, adentro uno se aburre y tener un compañero que te dé una mano siempre es grato.
Al ver el reality desde afuera, ¿hubo algún compañero que la haya sorprendido de manera positiva o negativa?
Me sorprendió positivamente Dash. Siempre tuvimos buena onda y él venía pasando por un momento difícil, había perdido a su papá. Pero también estaban los grupos que se formaron con rivalidades, por lo que al principio no logré tener complicidad con él. Sin embargo, al final, cuando salí, vi su cambio y superación, lo que me sorprendió para bien. Siempre pensé que era un gran hombre, pero al principio se vio opacado por los grupos. Me sorprendió para bien; ahora lo considero una persona cercana.
En cuanto a las decepciones está Rubí. Todo lo que pasó con ella… Ingresamos juntas como dupla y sabía que era una mina hilarante, que tenía esas cosas, como que a veces se le va la mano. Le faltaban algunos «palos al puente», sí, pero nunca pensé que tuviera maldad, y creo que hizo muchas cosas con maldad y propósito. Muchas veces tratábamos de restarle importancia a Rubí, diciendo: ‘No, ella es así, es distinta, no entiende‘, pero siempre se dio cuenta.