El silencio se guardó por casi dos años, pero la verdad nunca se fue. Raffaella di Girolamo decidió finalmente contar su historia, no desde la jerga de los tribunales, sino desde la "cicatriz viva" que marcó su vida. En una extensa y conmovedora entrevista con Revista Ya de El Mercurio, la psicóloga narra el viaje que la llevó a denunciar al actor Cristián Campos. Y revela el momento exacto en que su verdadera sanación comenzó: la noche de Navidad en que su madre, Claudia di Girolamo, la abrazó y le dijo las tres palabras que necesitaba escuchar: "Rafa, yo te creo".
Ha pasado poco tiempo desde que la Corte Suprema cerró el capítulo judicial de su denuncia por abuso sexual contra el intérprete. Un resultado que, asegura Di Girolamo, no la sorprendió. "Sabíamos desde el principio que el caso estaba prescrito, por lo que la posibilidad de sobreseimiento era muy alta", afirma con calma en la entrevista.
"Nadie declaró inocente a mi abusador"
Para Raffaella di Girolamo, es crucial hacer una distinción. Insiste en que el único fallo que analizó el fondo del caso fue el del juez Edgardo Gutiérrez, quien "determinó que los hechos denunciados sí ocurrieron". Las decisiones de las cortes superiores -de Apelaciones y Suprema- explica, solo se basaron en la prescripción, un tecnicismo legal. "La Corte Suprema no dictaminó ningún fallo, no lo declaró inocente", sentencia la psicóloga de profesión, refutando la narrativa de victoria del actor.
Su decisión de llevar el caso a la justicia, sabiendo que estaba prescrito, fue un acto de cierre personal. "Lo necesitaba como mujer adulta para enfrentar otra etapa en mi vida", confiesa a El Mercurio. Un paso necesario no solo por ella, "sino que tenía que ver con la verdad, con las mujeres y también los hombres que les pasa esto".
La noche que lo cambió todo
El verdadero quiebre del silencio no ocurrió en un tribunal, sino en la intimidad de una conversación con su madre. La psicóloga relata que durante años vivió como un "bultito", levantándose solo para ser madre y trabajar, pero encerrada en un dolor que la consumía. La noche de Navidad de 2020, no pudo más.
Le entregó una carta a su madre. "Mientras ella lo hacía, yo tomaba agua. Cuando terminó me abrazó", recuerda. En ese abrazo, Claudia di Girolamo, expareja de Cristián Campos, le entregó la validación que cambiaría su vida para siempre. "Lo más importante es que me miró y me dijo: 'Yo te creo. Rafa, yo te creo'. No olvido esas palabras", confiesa.
Esa confianza inquebrantable fue el cimiento para reconstruir todo. A partir de ahí, y con un cuidado extremo que tomó años, pudo contarle a sus hermanos, Antonio y Pedro, quienes también la apoyaron sin dudar. Fue un proceso terapéutico familiar, donde cada uno sanó sus propias heridas.
El Filtrador Informa: ¿Por qué una víctima tarda en hablar?
Raffaella di Girolamo habla de una "cicatriz viva". La psicología del trauma explica que las víctimas de abuso, especialmente en la infancia, a menudo bloquean los recuerdos o desarrollan sentimientos de culpa y vergüenza que les impiden hablar por años, a veces décadas. No es una decisión de "no querer contar", sino un complejo mecanismo de supervivencia. El proceso de "nombrar el abuso", como dice ella, requiere un entorno de máxima seguridad y apoyo, algo que muchas víctimas no encuentran hasta mucho tiempo después de ocurridos los hechos.
Para quienes deciden romper ese silencio, existen canales de ayuda y denuncia. Las denuncias formales se pueden realizar en cualquier unidad de Carabineros de Chile, la Policía de Investigaciones (PDI) o directamente en la Fiscalía. Además, fundaciones especializadas como Para la Confianza ofrecen apoyo legal y psicológico gratuito a las víctimas.