Este sábado el programa Siempre hay un chileno vuelve a las pantallas con una nueva temporada que Canal 13 emitirá en horario estelar. Este será el sexto ciclo del espacio liderado por Marcelo Kiwi que, desde su estreno, se ha ganado el cariño del público.
En conversación con El Filtrador, el comunicador audiovisual se refirió a las claves del éxito de la apuesta que presenta en cada edición la vida de chilenos que, por distintos motivos, decidieron dejar el país.
“Yo creo que lo que hace tan especial a Siempre hay un chileno es la conexión genuina que se genera con las historias que contamos. No es solo un programa de viajes, es más que eso. Son personas, chilenos que se han ido lejos de su tierra y han construido vidas con un montón de desafíos y sueños”, comenta Marcelo Kiwi.
Y agrega, en ese sentido, que “lo bonito es que el público se identifica con ellos. Sienten que podrían ser ellos mismos, o algún familiar o amigo, y eso genera una empatía muy grande. Además, es un programa que te hace reír, emocionarte, y hasta sentirte orgulloso de ver cómo los chilenos están por todas partes del mundo haciendo cosas increíbles”.
¿Cómo ha sido la experiencia de grabar Siempre hay un chileno?
Consultado respecto a qué país no visitaría, el comunicador viajero comenta: "Mira, nunca digas nunca. Yo creo que visitaría cualquier país, siempre y cuando no ponga en riesgo ni mi vida ni la de los participantes del programa. La verdad es que en estas seis temporadas he tenido muy buenas experiencias en todos los lugares que he visitado. Sí, ha habido países más difíciles, como Marruecos y esta última temporada en Egipto, donde hay muchísimas restricciones, y no son muy amigos de las cámaras, te diré", agrega.
¿Mantiene el contacto tiempo después con las personas a las que entrevista?
¡Claro que sí! De hecho, sigo en contacto con varios de la primera temporada. Se genera un vínculo muy especial porque pasamos todo un día juntos, no es solo una entrevista rápida. Vivimos cosas juntos, algunas quedan en el programa y otras no, pero esas experiencias compartidas crean una amistad genuina. A veces pienso en cómo sería juntar a los 230 participantes que han pasado por el programa… ¡somos una gran familia! Imagínate lo choro que sería que todos se conocieran.
Además de perder las maletas, ¿algún otro chascarro o percance que recuerde de sus viajes?
¡Uf! Un viaje no es un viaje si no te pasan cosas, jaja. Esta temporada, por ejemplo, después de pasar por Dubai, hubo una tormenta tremenda y se perdieron ¡4.000 maletas! Una de esas era la nuestra, y dentro llevábamos equipo súper importante para grabar. Y bueno, siempre pasa algo: desde perder vuelos hasta olvidar mochilas en una montaña.
Al comienzo de esta temporada también nos estafaron con un Airbnb. ¡Increíble! Nos llegó un mensaje, pusimos la tarjeta de crédito y ¡pum!, nos hackearon. Por suerte me di cuenta rápido, bloqueé la tarjeta y todo bien. Después hice un reel para advertirle a la gente”, comenta el conductor de Siempre hay un chileno.
El carismático profesional también relata que camino a Vietnam, “iba en el avión viendo un video de Luisito Comunica (uno de mis ídolos viajeros), cuando mi teléfono decidió morir (...) El tema es que viajaba solo y en mi teléfono tenía toda la información importante: reservas, visas, direcciones y los contactos de los participantes, así que aterricé en Vietnam completamente a ciegas, sin nada. ¡Imagínate el nivel de estrés! Al final, me las arreglé, pero fue una experiencia que definitivamente no se me olvida”, reconoce.