La maratónica jornada ???finalizó cerca de las 05 AM- navegó en una continúa montaña rusa. Desde el emotivo homenaje a Miguel Bosé ???casi afónico al final de su espectáculo- hasta la obertura, marcada por un show que tuvo mucha información, un collage de imágenes, que no alcanzó a ser digerida por su envergadura.
Tradicionalmente se habla de la competencias (internacional y folclórica) como el pariente pobre del Festival. Y, según lo expuesto, sigue siendo tal. Desde un jurado que se muestra cansado alrededor de las 02 AM ???hora donde aparece la competencia- hasta la ausencia de ellos en gran parte de la jornada. Por lo mismo, una buena medida sería rellenar los asientos que se ubican detrás de los jueces. La sensación de abandono de ciertos asientos demuestra que los palcos no siempre son tan apetecidos como podría pensarse y en el paneo tradicional se queda al debe.
La escenografía fue otro de los elementos que quedó al debe en esta edición festivalera. Es que las pantallas, por más que permitan juegos de visuales dignas de un Oscar, no representan el sabor clásico de una estructura escenográfica conceptual, como fue en la Quinta de antaño.
Los animadores, Rafael Araneda y Carolina de Moras, demuestran que el fiato solo se logra con horas de TV. Su trabajo en el matinal ha logrado posicionar la dupla como un valor en la industria y potencia a CHV para encontrar otro nicho para ellos, ya que están para grandes ligas.
El talento de Miguel Bosé, su trayectoria y carisma, no está en duda. Por eso extraña que al momento de premiarlo en la Quinta Vergara, la organización opte por un regalo tan ???especial???. Se dijo que era realizado con maderas nobles y hasta piedras preciosas, pero el resultado fue uno: todo mal.
Bombo Fica-Mariela Montero-Willy Benítez
Por contrato, los humoristas presentan sus rutinas a la producción de Viña. Incluso son grabados para su análisis. Es por eso que la única responsabilidad que le cabe a Bombo Fica es haber ofrecido un show con sus ???acompañantes??? (Willy Benítez y Mariela Montero). El resto corre en contra de los organizadores.
La fiesta de Viña del Mar tiene harto que dar aún. Un festival cuya parrilla no conoce de crisis, según palabras de Alex Hernández, director general del certamen. Un carnaval que recién da sus primeros pasos de este 59 edición y, tal como dicen los sastres, aún hay harto paño que cortar.