Una historia que va más allá de la ficción: el trasfondo de El jardín de Olivia

La nueva teleserie de Mega, El jardín de Olivia, se centrará en «Diana Guerrero» (Nicola Espinoza), una terapeuta ocupacional que se infiltra en la casa de la familia Walker con el objetivo de descubrir qué sucedió con su madre cuando trabajó allí en el pasado. El personaje llega a la familia para ayudar a «Olivia», la hija de «Clemente Walker» (Francisco Górmaz), quien padece la condición del espectro autista.

En conversación con El Filtrador, Espinoza y Górmaz revelaron cómo se prepararon para abordar el espectro autista en la teleserie, profundizando en el proceso de investigación y construcción de sus personajes. Por su parte, Alejandro Trejo, quien da vida al patriarca de la familia Walker, también se refirió al desafío de interpretar esta temática con sensibilidad y realismo.

¿Cómo se preparó Nicole Espinoza para dar vida a una terapeuta ocupacional en El jardín de Olivia?

Fuimos asesorados por una psicopedagoga y una terapeuta que están siempre apoyando lo que es el guion. También a nosotros dentro del set. Siempre está con nosotros una terapeuta ocupacional para asesorar a la pequeña Violeta, que hace el papel de «Olivia», y también a mí. Ahí nos comunicamos, yo le pregunto cosas, ella en escena me da algunos consejos. Creo que eso ha sido fundamental.

¿Cómo ve Francisco (Pipo) Gormaz que se explore un asunto tan crucial como el espectro autista?

Me llega un poco de cerca, no solamente por cosas personales, sino también porque hoy en día se ve cada vez más. Algo que quizás antes estaba un poquito más escondido, la condición del espectro autista era algo relativamente nuevo, entonces es muy interesante. Estamos trabajando con terapeutas, las escenas están supervisadas por terapeutas, y todo está tratado con mucho cuidado y cariño.

Alejandro Trejo: El villano de El jardín de Olivia

No obstante, el personaje interpretado por Alejandro Trejo, «Luis Emilio Walker»—padre de «Clemente» y abuelo de «Olivia»—, no logrará abordar de manera acertada la condición del espectro autista. En conversación con El Filtrador, Trejo adelantó detalles sobre cómo su personaje enfrentará el diagnóstico de su nieta.

¿Qué nos puede adelantar Alejandro Trejo sobre su personaje, «Luis Emilio Walker»?

Estos personajes son muy entretenidos de interpretar, aunque son catalogados como los malos. Pero particularmente este está muy bien escrito, porque tiene muchos matices. Es un patriarca, un padre de familia, un empresario exitoso que no le debe nada a nadie, porque él ha creado su pequeño imperio. Eso le da una suerte de poder que, en algunos momentos, se malentiende. El hombre tiene problemas, raya en el abuso. Además, tiene una familia compleja: un hijo al que idolatra, el protagonista, quien mantiene la empresa a flote; una hija menor que adora, pero también tiene un hijo que es una oveja negra (Alonso Quintero), que salió descarriado, fiestero. Esto hace que también tenga una relación compleja con su esposa (Catalina Guerra); tienen un matrimonio bastante particular. Es una familia de mucho éxito, pero con mucha basura bajo la alfombra, y todo esto se suma a un gran secreto, que es el motor principal de la teleserie. Este secreto surge cuando llega una terapeuta a trabajar con su nieta, que tiene condición TEA, pero con segundas intenciones, con el objetivo de descubrir un secreto escabroso.

Respecto a la condición TEA de su nieta, es muy difícil para él. Es un hombre chapado a la antigua, que creció en una familia donde él mismo lo dice en varios textos: «Cuando chico, me llegaba una buena zurra y se resolvían los problemas». Tiene esa mentalidad de antaño, de cómo se educaban los hijos, cuando se les permitía golpear a los niños. Esto le genera una relación compleja con su nieta, porque ella, en especial, percibe una vibra extraña en él y no quiere ni tocarlo ni verlo. No tiene vínculo con la nieta, y no sabe cómo relacionarse con ella.