Al ritmo de «Soy electrónico», hit de Magma Mix escrito por Claudio Narea y producido por Marcelo Aldunate y Freddy Guerrero, este último en su faceta como humorista, subió al escenario del programa de Mega "Coliseo", cautivando —y desconcertando— rápidamente a la audiencia del programa y el jurado del estelar.
Hace un tiempo, Guerrero, exintegrante del icónico e irreverente programa radial "El portal del web", decidió incursionar en el stand-up comedy, sacándole provecho a todo el bagaje acumulado en su trayectoria como rostro del extinto canal Rock&Pop y "voztro" en la radio homónima y RadioActiva.
A Guerrero personajes no le faltan. Mientras integró el proyecto humorístico junto a Cristián Aguayo —conocido popularmente como Magmanaman— fue el principal ideólogo de los perfiles que sacaron carcajadas a diversas generaciones. Está Tadeo Kreutzberger, un presentador de televisión con Síndrome de Tourette y tartamudo —que nadie puede echar del canal porque es sobrino del mismísimo Mario Kreutzberger—; el joven con discapacidad mental Armando Luna; el andrajoso, pero autovalente anciano Armando Meza; el exiliado científico Nazi Bruno Fritz; y el poseído Dionisio Diabólico, entre muchos otros.
Pese a tener su origen en espacios de radio y televisión, lo cierto es que, tras su despido de RadioActiva en plena pandemia, Guerrero ha encontrado la forma de traerlos de vuelta a la vida, desatando un surrealista espectáculo en cada escenario que pisa. El próximo será el 29 de noviembre en La Casa del Mojito Artesanal, en Iquique.
En diálogo exclusivo con El Filtrador, Freddy Guerrero abordó su incursión en el stand-up y su arribo a "Coliseo", sus ambiciones como humorista, los personajes que tiene en carpeta para adaptar, y revela, finalmente, quién se quedó con "Wiseppi", el sabueso de Pascuas del "Portal del web" con dos anos, ocho tetillas, la cola en la guata y la tula en la frente.
¿Cómo definiría su estilo de humor en clave stand-up, considerando su experiencia en Rock&Pop y "El portal del web"?
Básicamente, hice una extrapolación del material que usábamos en "El portal del web", quedándome con las cosas que hacíamos con Magmanaman (Cristián Aguayo), con quien teníamos más afinidad en cuanto a libretos e ideas. Tenía muchas tallas que había aprendido de él y otras que yo creaba y él replicaba, formando rutinas de dos huevones buenos para el hueveo que se tiran tallas.
Mi ejercicio fue llevar un poco la radio al stand-up, haciendo los personajes que yo hacía, jugando con la cultura radial, las bases radiales o la música que me gusta, aunque esté pasada de moda. Es como el personaje de un tipo anacrónico que intenta insertarse en este mundo, pero viene añejo, y se ríe de que escucha a The Doors o Duran Duran. Este personaje funciona muy bien.
¿Cómo fue el proceso de reinventarse en el stand-up, especialmente después de su salida de la radio?
Fue por necesidad, la verdad. Me despidieron de la radio por diferencias. Durante la pandemia, no participé en el proceso de vacunación. Empezaron con la idea de que tenía que hacerlo y hubo presiones. Optaron por ponerme en línea y yo transmitía desde mi casa. Otros conductores o DJs de la radio me sacaban al aire sin problema y se escuchaba como si estuviera en el locutorio. Pero a la hora del "Portal," a este personaje de DJ Black se le cortaba la señal, alegaba, y me apagaba el micrófono. Esto fue un despropósito, una forma de sabotearme en un programa donde la dinámica era evidente, fue un chaqueteo. Me amparé en la ley 17.584, artículo 14, que permite aceptar o denegar cualquier tratamiento médico. Podía no vacunarme y seguir yendo una vez que levantaran las restricciones, pero no lo hicieron; me dejaron en casa, y luego todo esto que te estoy contando comenzó a desarrollarse. Así que, a la larga, tuve que reinventarme y apareció la comedia en este formato.
¿Cómo fue el trabajo de adaptar su material del "Portal" al stand-up?
Lo que hice fue tomar mi material del "Portal del Web", los personajes que hacía, y convertirlos en stand-up, creando un libreto. Se lo mostré a Felipe Avello cuando lo estaba haciendo, pero no estaba terminado, era el borrador del borrador del borrador. Le pregunté si creía que servía para el stand-up y me dijo que sí. Pero fue Rodrigo Villegas quien me llevó al bar Comedy con mi primer libreto, que estaba todo charcha, ese que es la primera cuestión que haces cuando estás experimentando... y funcionó muy bien, y empecé a recibir llamadas para shows, creciendo con este material.
¿Qué personajes icónicos de su trayectoria piensa traer al stand-up?
Creo que Tadeo Kreutzberger es un personaje muy cuático. Lo presenté en la televisión en su momento, pero ahora no se puede huevear mucho porque las personas con síndrome de Tourette podrían sentirse ofendidas. Aunque hay muchas personas con trastornos de este tipo que se ríen de sí mismas, y hay una cultura de reírse de estas cosas sin problema y sin ser despectivo con el otro.
Algunas personas pensaban que yo, que hacía el sketch, realmente tenía Tourette, pero era una actuación. Es un personaje complejo porque tiene Tourette y es tartamudo. Se llama Tadeo Kreutzberger y es un notero que no pueden despedir porque es sobrino de Mario Kreutzberger. Esa parte en la rutina de "Coliseo", no sé por qué, pero la cortaron en la edición.
Armando Luna no sé hasta qué punto, porque se supone que es un niño especial, con capacidades diferentes, y ahí sí podría herir muchas sensibilidades. Podría ser peligroso. Mi show es para adultos, con humor de grueso calibre, humor negro y chistes incontables. Para la televisión, habría que adaptar todo este mundo del "Portal del Web" a lo que ocurre hoy y huevear con eso: hacer canciones, huevear con clásicos antiguos, hacer exorcismos... también vuelve Dionisio Diabólico, de hecho, ahora todos mis shows terminan con un exorcismo muy con el estilo del "Portal del Web", 'chasconeame el Donald Trump, enderézame el Putin, explótame el Maduro', todas esas huevadas, que igual es violento, pero es más chistoso que la chucha. En fin, la televisión tiene otros códigos.
¿Si se diera la oportunidad de volver a la televisión con todos estos personajes, chaladísimos en su mayoría, la tomaría?
Tendría que ver. De partida, tendría que ser un proyecto en el que no me censuraran mucho mi tipo de humor, que es más freaky, más raro, más experimental. Que no me quiten mi esencia, que es lo que tiende a ocurrir cuando uno va a la televisión. Por ejemplo, lo que se vio en "Coliseo" es muy distinto al tipo de humor que yo hago en vivo, eso es para la tele no más, está completamente adaptado.
¿Cómo maneja la interacción con el público en sus shows en vivo?
Me gusta la interacción con el público en vivo. Hay momentos en los que agarro pa'l hueveo a la gente. Hoy en día, muchos humoristas preguntan cosas al público y desarrollan rutinas a partir de eso. Yo les digo (a las personas) 'yo no vengo acá a preguntarles hueas, yo vine a hacerlos reír'. Aunque a veces les pregunto algo, no se basa totalmente en eso la rutina. Se basa más en huevear con ellos, en que alguien me diga algo y yo le conteste con una talla, como en un asado donde todos se tiran bromas, a ver quién tira la talla más desbocada. Esa es la mecánica que encontré para reemplazar el preguntar cosas básicas. Trato de ir en otra dirección, soy rebelde y voy en contra del sistema, a veces remar al revés de lo que se espera, resulta. A veces resulta muy divertido y a veces no.
¿Por qué "Coliseo" es el escenario definitivo para probar este estilo de humor?
En este caso, "Coliseo" se dio como una opción. Fue un escalón más en esta reinvención. Creo que probarme en televisión no me fue mal, a pesar del "hate" en las redes. A la gente en general le gustó el show, aunque la edición no mostró el minutaje total. Hubo algunos detractores, como siempre. En la segunda etapa, defenderé otra rutina, más concisa y sólida, para que sea más efectiva y no tengan dónde cortar en la edición. Más chiste, remate, chiste, remate, más al hueso. En la primera presentación en "Coliseo" me explayé hasta 7 minutos porque me dijeron que podía hacer hasta 10 minutos, pero no fue conveniente. Hay que hacerla lo más corta posible.
Usted dice que no tiene expectativas sobre el premio final, pero hipotéticamente, si llegara al Festival de Viña del Mar, ¿cómo lo abordaría?
Creo que aún no estoy preparado para Viña. Tal vez si me dijeran que estaré en 2027 me prepararía un año completo. Siento que me falta. Empecé hace 5 años, en la pandemia. Es tiempo suficiente para acostumbrarse a los escenarios, pero no para tener la experiencia necesaria para subir a Viña. Es algo mucho más serio. Respeto eso.
Me subiría a escenarios más pequeños sin pensarlo, de 2.000, 3.000, 6.000 personas, pero el Festival de Viña es internacional y me da un poco de miedito ja, ja, ja. Creo que aún falta para eso, así que tranquilein con esa cuestión. Hay que hacer una rutina más rotunda, asesorarse, manejar bien los tiempos y tener un buen libretista que te apoye. Muchos humoristas tienen un equipo detrás. Yo me libreteo solo. El material es mío. Habría que hacer una reingeniería para ir a Viña. Lo pienso y digo "no, a este restaurante le faltan sus Michelines".
¿Quién se quedó finalmente con "Wissepi"?
Wissepi, el sabueso de Pascua, se fue a Chiguayante con Magmanaman. Wissepi se llamaba así por un perro que tenía él. La gente me pide que haga a Wissepi, pero es difícil, porque Wissepi es básicamente un flato. Yo me tiro un flato y el perro hace un sonido. Lo hice con Aldo Schiappacasse cuando estábamos en el punto álgido del Portal. Ahí salió Wissepi. Me pusieron una cabeza de perro de peluche y yo me tiré los flatos en Chilevisión. Ahora lo pensaría, porque podría ser funado por tirarme flatos en la tele ja, ja, ja. Pero está en carpeta, todo está en evaluación. Hay que probarlo todo hasta que se corte el elástico del calzoncillo.
¿Algo que quiera comentar antes de finalizar?
Que estoy tranquilo, estoy bien. Me llama la atención el "hate" que hay ahora, pero es parte del juego. Creo que es un fenómeno donde las redes sociales reflejan la pobreza mental de las personas, la angustia, la envidia y el estrés que tienen, descargándose en las redes, odiando a cualquiera por cualquier razón. Creo que hay que hacer una pausa, ir al baño, hacer pipí, y luego tomarse una Coca-Cola con un churro relleno con manjar para endulzar y no seguir odiando, porque mientras más odiamos, parece que empeora.
