En diciembre de 2019, Karol Lucero fue despedido por sus compañeros del matinal de Mega, Mucho Gusto. Aunque nunca se admitió de esa manera, su salida del programa tuvo que ver con los “anticuerpos” que su presencia generaba en los televidentes post “estallido social”, misma suerte que corrió la panelista del segmento, Patricia Maldonado.
Desde ese entonces la presencia de Lucero en los medios se ha dado de manera esporádica, casi intermitente y para hechos particulares. Y hoy vuelve a hacer noticia de una manera diametralmente opuesta a la imagen que por años explotó en televisión: enviando una carta política a diario El Mercurio a horas de la trascendental elección presidencial.
En la misiva titulada “Criticar y dividir o apoyar y unir”, el comunicador plantea que “llevo más de tres meses fuera de Chile por razones laborales y turísticas. Me entristece ver la polaridad y violencia verbal que hay en los comentarios y argumentos políticos respecto de las elecciones presidenciales; eres un 'facho de ultraderecha' o un 'marxista de extrema izquierda'”, comienza.
Acto seguido profundiza en ese concepto, asegurando que “pareciera no existir otra categoría de votante. La persona que plantea su postura es atacada inmediatamente por quien no piensa igual. Todos exigen tolerancia, pluralismo y respeto; sin embargo, es lo que menos entregan”.
En esa línea, Lucero asegura que “este domingo el ganador no será otro sino quien responda a la lógica de: 'cada pueblo tiene el gobierno que se merece', por el que votarán democráticamente y por consecuencia quienes no irán a votar también. Pero será el comienzo de una nueva etapa para replantearse la sociedad que queremos; pensar distinto es una oportunidad de, juntos, hacer cosas mejores, sin necesidad de destruir o descalificar al opositor”.
“Una nación dividida que genera incertidumbre no avanza y con la actual actitud de la ciudadanía, nuestro futuro no se ve muy próspero y estas personas serán los responsables de no dejar que se cumplan los programas de gobierno de los dos candidatos, puesto ambos prometen avanzar. Un gobierno no define quiénes somos, pero las conductas de los ciudadanos sí. Las personas deben mirar alrededor y decidir quiénes quieren ser: el que critica y divide o el que apoya y une. La tolerancia y el respeto no solo se piden, se practican”, sentenció.