El destacado comediante nacional Fabrizio Copano, reflexionó sobre el desafío que enfrentó cuando se atrevió a encabezar el finalizado programa humorístico de Mega El Antídoto en un delicado momento a nivel personal.
Cabe recordar, el espacio —estrenado a mediados de marzo del año pasado y finalizado en junio de 2024— fue una de las grandes apuestas de la señal de Bethia para captar nuevas audiencias y darle una renovación a los contenidos de la televisión chilena.
Sin embargo, la gran promesa quedó apenas en eso, ya que, si bien en un inicio El Antídoto disparó la sintonía de Mega, lo cierto es que capítulo a capítulo los puntos de rating obtenidos por el programa decrecieron progresivamente, cerrando su ciclo con magros resultados.
Así las cosas, Copano, en entrevista con La Tercera, reveló las principales dificultades que junto a su equipo enfrentaron en el camino, indicando que estas fueron esencialmente el público objetivo de la industria televisiva y determinar bien el formato para que se adaptase en algo a dichas audiencias.
«(El Antídoto) era un programa que era muy difícil, había que armar un equipo nuevo. Y también como con todo esto de volver a hacer tele, que es un formato que hoy día es para gente mayor, con gente más joven atrás. O sea, estaba Pedro Ruminot, el equipo de El sentido del humor, intentamos meter gente nueva en pantalla, mezclarlo también con rostros más reconocidos para el público que estaba en ese horario», señaló Copano.
¿De qué se arrepiente Fabrizio Copano al realizar El Antídoto?
En seguida, precisó que siempre estuvo consciente de que apostar por El Antídoto en Mega representaba un riesgo, agradeciendo la oportunidad de haber podido arriesgarse y llevarse una nueva experiencia para su trayectoria.
Eso sí, existe una cosa de la que el comediante se arrepentiría, ligada a lo extenuante que resultó trabajar de nuevo en televisión y los múltiples viajes que tuvo que hacer entre Chile y Estados Unidos —país en el que se encuentra potenciando su carrera— en un periodo delicado de su vida.
«No me arrepiento de nada más que de haber puesto quizá mucho de mi propio cuerpo en estos viajes. Además, mi viejo estaba enfermo, luego falleció. Lo único que me arrepentiría es de haberme puesto en esto en un momento tan vulnerable, emocional y físico. Quizás si lo hubiese hecho en un momento más con la cabeza, con más espacio mental, hubiese tenido también más capacidad de reacción», reflexionó Fabrizio Copano.