A fines del año pasado, la compañía de streaming Netflix desató la molestia e indignación de sus usuarios al anunciar que darían pie a una polémica medida: la restricción de las cuentas compartidas. Sin embargo, lejos de representar una fuga masiva de suscriptores, desde que la política entró en vigencia la empresa ha visto un incremento en sus ingresos, al menos en ciertos mercados.
Y es que, según expone el medio Business Insider, a partir del 23 de mayo Netflix comenzó a cobrar a los usuarios de Estados Unidos ocho dólares adicionales ($6.300 chilenos) por agregar perfiles de personas cuya localización física no esté en el hogar de la persona que contrató el servicio. Una situación idéntica que experimentan los suscriptores chilenos.
Pese a que al conocerse la controversial medida las críticas en redes sociales auguraron una masiva cancelación de suscripciones, lo cierto es que, a semanas de haberse implementado la política en el mercado estadounidense, la tendencia ha ido en dirección opuesta.
Así lo plantea un análisis de la empresa especializada en mediciones Antenna, la cual esgrime que los seis días posteriores a la entrada en vigor de la medida representan "los cuatro días más grandes de adquisición de usuarios en Estados Unidos", traduciéndose esto en 73.000 nuevas suscripciones en el acotado periodo de tiempo; un aumento de un 102% si se compara con los registros de los seis meses previos.
Si bien muchos usuarios amenazaron con abandonar el servicio si se empezaba a cobrar extra por compartir la contraseña, lo cierto es que solo una fracción de ellos ha cumplido con esta promesa. De hecho, según el citado medio, por cada plan que es dado de baja la empresa ha visto cuatro suscripciones nuevas gracias a esta política.