Se empieza a transmitir y lo primero que se escucha es la voz enérgica de un rostro televisivo presentando el programa. Con las cámaras encendidas, lo que la gente ve en sus casas es la sonrisa forzada del conductor de turno. En el fondo suenan las demás voces de los panelistas que hacen de mero soporte para el avance del espacio. Ese es más o menos el perfil genérico de un matinal.
No obstante, la escena descrita se rompe cuando el video se va a negro. Ahí, en el detrás de cámara es que empiezan los contrastes. El matinal de TVN, Buenos Días a Todos, no está exento de matices. “Allí lo que reina es el miedo. Son los malos tratos, los llamados de atención disfrazados de bromas crueles. El cuestionamiento cuando alguien trabaja menos de 12 horas. Es como si estuviera mal querer descansar 12 horas en casa y fuera de la oficina”, cuenta Daniel Ibarra, extrabajador de la estatal, sobre el tenso clima laboral al interior del segmento matutino de la estación pública.
A mediados de esta semana, El Filtrador reveló una serie de graves acusaciones de malos tratos por parte de productores y altos cargos del espacio, exponiendo evidentes rasgos de abuso laboral al interior del matinal de TVN, los cuales, según relata Ibarra, se han perpetuado en el tiempo.
Cabe recordar que, en primera instancia, los dardos apuntaron como principal responsable del tenso ambiente a la productora ejecutiva Pamela Díaz, sobre quien pesan diversas acusaciones de malos tratos por parte de varias fuentes consultadas por este Portal.
Y es que si bien, contactados por El Filtrador TVN declinó en su momento a confirmar o rechazar la información, el caso revelado ha impactado en exprofesionales de la estatal, que han sumado su relato a la larga lista de denuncias contra los principales mandamases del matinal.
“Mi único gran interés en hablar está impulsado porque mis amigos siguen ahí. Y lo están pasando demasiado mal (…) El problema es que están aterrados y ninguno se atreve a denunciar ante la inspección o algo”, cuenta Ibarra antes de iniciar su radiografía del icónico matinal de TVN.
El relato del extrabajador de la estatal inicia con el arribo de Díaz al Buenos Días a Todos. “El clima laboral negativo empezó un par de meses después de la primera llegada de Pamela. Después se fue a trabajar a un ministerio y ahí pasó un tiempo. Después volvió y todo se reacomodó a como era antes de su partida: caos”, dice Ibarra, destacando la personalidad de la productora ejecutiva como factor determinante en lo que respecta a los conflictos.
“Recuerdo que alguna vez ella le dijo a una productora: ‘¿y que sabí tú? ¿Por qué te metí en temas de periodistas?’. Una vez encerró a los periodistas en su oficina para decirles que estaba preocupada por ellos. Se puso a llorar porque decía que le daba miedo que los periodistas se quedaran sin trabajo. Era pura manipulación porque después del llanto vino su discurso de que había que llegar más temprano e irse más tarde”, añade el profesional.
Sin embargo, dentro del relato de Ibarra se deja entrever que el problema no sería superficial, ni atribuible solo a una persona, sino que se trataría de una práctica tan arraigada que, casi como si se intentara revestir de broma la gravedad de la situación, los trabajadores le habrían asignado incluso nombres a dichas instancias de maltrato. “Pamela Díaz no solamente es agresiva al hacer sus característicos comentarios, además es despectiva. Su tono es siempre sarcástico y de disminuir al otro. Es capaz de dejarte en ridículo frente a todo el equipo en las reuniones de pauta, a esta práctica habitual la llamábamos ‘el coliseo romano’”, complementa.
Asimismo, es preciso recordar el conflicto que Matías Arias, en ese momento director del segmento, y su asistente, Bastián Ríos, tuvieron con Pamela Díaz. Tras el incidente ambos profesionales renunciaron a la estatal. Según apuntaron fuentes entendidas del caso a El Filtrador, “ellos pidieron una reunión en la que estaban jefaturas a nivel canal y matinal, se le dijo a Pamela que todos le tenían miedo y que nadie la quería, ella se puso a reír y ellos renunciaron por los despidos y por no haber sido consultados. Ya no aguantaban no tener voz ni voto", señalaron, relatando los instantes previos a la renuncia de ambos profesionales al "canal de todos".
No obstante, Ibarra comenta, respecto al rol de Arias y Ríos en el desgaste de las personas en el equipo, que “cuando alguien que entraba a las 6 de la mañana se iba a las 5 de la tarde, volaban los comentarios: ‘así da gusto trabajar’, ‘tempranito para la casa hoy, ah...’. Comentarios que partían desde los exdirectores Matías Arias y Bastián Ríos. Ellos también estaban metidos en esta cultura violenta. La avalaban. Claro, después les tocó a ellos y ahí no les gustó”, apuntó Ibarra tajantemente.
Las críticas del extrabajador se extienden a otros integrantes de la jefatura, y es que, según parece, mientras el maltrato laboral sería atribuido a Díaz, el precario ambiente laboral al interior de TVN tendría raíces más profundas. En este sentido es que recuerda los momentos con el editor periodístico general, Cristián Herren, señalando que “no es capaz de defender a sus periodistas. Al contrario, disfraza la explotación con una falsa ‘pasión por el periodismo’. Decía, y me acuerdo textual: ‘ustedes tienen que tener hambre de hacer esta pega, si no la tienen no sirven. Si no pueden pasar de largo sin comer, no sirven, si no pueden estar al 100%, no sirven’”, comenta el extrabajador.
Daniel Ibarra, quien realmente no se llama así, sino que ha pedido mantener su nombre en reserva para proteger de posibles represalias a sus amigos que aún se encuentran trabajando para TVN, añade que “los exdirectores tenían como un círculo súper cerrado. Eran buenos para criticarlo todo en las pautas, igual que su antecesor, Diego Sarmiento. Les gustaba hacer bolsa a los periodistas cuando cometían un error, pero nunca eran capaces de reconocer cuando ellos estaban equivocados. Si alguien del switch metía la pata, quedaba ahí... Si uno de los periodistas lo hacía, era expuesto, regañado y humillado en la pauta por los directores, Pamela y Herren. Bastián y Matías eran cabros muy jóvenes con altas dosis de poder. Muy fácil que quisieran usar aquello”, dice, recordando su experiencia.
Cerrando su relato, Ibarra recuerda el reportaje elaborado por este Portal, dejando entrever que sería el inicio del "destape de la olla", fustigando, de paso, duramente la postura de los altos cargos del segmento matinal respecto a los hechos relatados, indicando que “lo más impresionante es que ahora he oído de muchas personas que las jefaturas hablan pestes de quienes ya no están en el equipo. Tanto de los que renunciaron como de los que fueron despedidos. Están encargándose de difundir que los extrabajadores tienen mala voluntad, responden mal, que son flojos, etc. Puras mentiras de palo ciego porque saben que se les escapó de las manos el mal ambiente laboral, entonces su jugada está siendo desprestigiar a quienes pudieron -según ellos- destapar la olla”, finalizó.