Esta noche, después del noticiario central de Canal 13, regresa a las pantallas Bailando por un Sueño. A dos meses de haber bajado el telón, el estelar conducido por Martín Cárcamo comenzará su competencia desde cero y tomando diversos resguardos sanitarios.
En la previa al reestreno de Bailando, Cárcamo explicó a diario La Cuarta que "trabajamos muchas semanas hasta llegar a un formato que pueda resguardar el protocolo sanitario". Así, la solución a esta encrucijada fue grabar cada capítulo sin público en el estudio, el cual es sanitizado antes, durante y después del programa.
Asimismo, tal como adelantó El Filtrador la semana pasada, el distanciamiento social será primordial en este nuevo ciclo. Los miembros del jurado estarán separados por vidrios laminados, medida a la que también se rige el BAR y los coaches, que pasaron de 18 a sólo ocho integrantes.
De esta forma, junto con renovar al grupo de participantes, el espacio implementó la modalidad teletrabajo tanto para reuniones como ensayos. Así, cada competidor prepara la coreografía en su respectivo hogar y luego las parejas de baile se reúnen sólo al momento de grabar su actuación en el estudio televisivo, donde se hicieron marcas en el suelo para mantener las distancias entre las figuras.
En tanto, la esencia del programa, los bailes, fueron formulados de tal forma de que los participantes y sus bailarines no tengan contacto físico. Este ejercicio en la versión argentina de Bailando se conoce como bailes "espejo".
"El programa va a poder acompañar en la noche a muchas familias que están reunidas en sus casas y darles un par de horas de esperanza. Así como las noticias y matinales, nosotros también tenemos un rol que es acompañar y entretener", sostuvo Martín Cárcamo a horas del redebut de su estelar.
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