"Doña Carter" (Coliseo) advierte: "Antes me comparaban con la Chiqui Aguayo, pero ella es una dama al lado mío"

Karito Rojas, apodada la “metralleta del humor”, debutó en el espacio de Mega conquistando al jurado con su picardía y asegurando un cupo en la siguiente etapa rumbo al Festival de Viña 2026.

Karito Rojas, “Doña Carter”, en una imagen de su Instagram: karitorojascomedy.
Karito Rojas debutó en “Coliseo” con su humor sin censura y avanzó en la competencia.

La noche del sábado, Mega emitió un nuevo capítulo de “Coliseo” y presentó a una de sus mayores revelaciones: Karito Rojas, la comediante conocida como “Doña Carter”. Con un estilo definido como “humor criollo urbano” —directo, rápido y sin censura— la artista se ganó los votos del jurado integrado por Pamela Leiva, Jorge Alís, Myriam Hernández y Álvaro Salas, asegurando su avance en el programa. Su rutina, marcada por experiencias personales y frases afiladas, la perfila como una de las favoritas para dar el salto al Festival de Viña del Mar 2026.

"Yo lo que hago es 'humor criollo urbano', ¡por no decir ordinario!". Así define, entre risas, el estilo de humor que ha forjado con el tiempo. La picardía y el tono irreverente de los chistes sin censura en sus diversas rutinas la han llevado a ser reconocida por sus pares como la "Doña Carter", en referencia al popular personaje encarnado por el actor y comediante Juan Alcayaga.

En su debut en "Coliseo", Rojas conquistó con su rutina al jurado compuesto por Pamela Leiva, Jorge Alís, Myriam Hernández y Álvaro Salas, encantando especialmente al "rey del chiste corto" por la agilidad de sus bromas, y a la triunfadora en el Festival de Viña 2023 por abordar temas que conciernen al público femenino, sacando risotadas de manera transversal.

Con los cuatro votos a favor, la comediante pasará a una siguiente etapa del programa, que entre sus premios otorga un cupo directo al Festival de Viña del Mar 2026.

En entrevista con El Filtrador, Karito Rojas relata cómo ha sido su vida ligada a la hípica, la influencia de mentores como Jorge Pérez Videla en su estilo, la ruptura amorosa que la sumergió en una honda depresión para, luego, reflotar entre risas convirtiendo las desgracias en un buen momento para ella y su público, y la posibilidad de seguir una carrera frente a las cámaras de televisión.

¿Cómo se concretó su participación en "Coliseo"?

Mucha gente me estaba etiquetando en las páginas del medio, la prensa chilena, y mis compañeros empezaron a compartir un link para inscribirse. Había que mandar un video de máximo dos minutos, como presentación, con la edad y una rutina. Así fue y quedé en la preselección, para luego seguir avanzando. Fue todo un logro porque igual fue un gran filtro. Mi único miedo es que yo hago humor sin censura, como dice mi presentación, hago humor como 'Doña Carter'... también me dicen 'La metralleta del humor', por mi estilo de chiste corto. Mi único miedo es que no tengo censura, aunque igual me he estado conteniendo un poco en esta fase del programa.

¿Por qué su humor le ha valido el apodo de "Doña Carter"?

Por lo ordinario me dicen la "Doña Carter". Cuando me presentan, dicen 'aquí viene la libretista de Don Carter' para que la gente ya tenga el oído listo para escuchar ordinarieces. Pero en la ficha yo coloqué "humor criollo urbano" para no decir "ordinario" y se mataron de la risa en el casting de "Coliseo".

Tengo que ser pícara, pero no lanzar tantos garabatos. Estoy trabajando especialmente para "Coliseo", echándole Poet, cloro, lavándolo bien, enjuagando y dejarlo en reposo. Es doble trabajo para mí, estoy escribiendo para "Coliseo", pero sin perder mi esencia. Para la gala quizás pueda soltarme un poco más.

¿Cree que su humor sea bien recibido en el Festival de Viña en caso de ganar la competencia de Mega?

Un productor me conoció en Casa Comedia y me preguntó si mi humor era para el Festival de Viña. Yo le dije "mire, si me dejaran ser Karito Rojas, me llevaría del pico le gaviota" y se cagó de la risa. Igual le dije que se quedara tranquilo porque le eché cloro a la rutina. Uno de los chistes con los que abro la rutina dice: "Hola, soy Karito Rojas, y mi sueño es llegar a la Quinta (Vergara)... porque en la cuarta me tiritan las piernas". Mi humor es así, cosas que van por un lado y yo te las mando para el otro, pero siempre con doble sentido y rápido.

En su biografía se destaca que su meta es llegar a la TV. Ahora que está frente a las cámaras, ¿qué espera de la industria?

Ahora espero que se me abran puertas. Trabajé un año en La Red, en "La Caja de Pandora, y me daban los viernes sin censura. Hago personajes en TVR de señal abierta, todas las semanitas me dan algún personaje creativo de contingencia o personaje que se le ocurre a Óscar Céspedes, un periodista que estuvo en La Red. Él me conoció y me dio ese espacio. En "La Caja de Pandora" estuve de regalona, hasta que Kaminski dejó la cagá y se acabó el programa ja, ja, ja, ja.

¿Entonces cuál es su objetivo?

Mi meta siempre fue llegar al festival. Con este humor chileno, creo que pegaríamos en el festival y más con ese estilo en versión mujer, es una innovación. Es importante para un comediante tener un personaje icónico único y eso es lo que hemos trabajado.

Más allá de "Doña Carter", ¿cómo definiría a su personaje?

Siempre me dicen "la metralleta del humor", "la chica metralleta". Así me colocaron el público y los comediantes. Humor criollo y urbano, para no decir "ordinario".

¿Le gustaría que volviera un programa sin censura?

Claro, sin censura sería maravilloso. Estoy contenta de poder demostrar que se puede hacer humor blanco, negro o sin censura. Yo nací así, mi familia es toda chistosa. Y creo que la televisión igual tiene cabida para eso.

¿Qué rol jugó la comedia en su vida después de la separación?

Fue una separación fuerte después 15 años. Mi esposo era jinete ¡y se terminó montando a otra yegua! Fue tormentosa porque nos movemos en la hípica, que es como la farándula de los futbolistas. Preferí salir de la casa que compartíamos y comenzar de cero. Volví con mi mamá y ella me dijo: "Una hija mía no se va a humillar ante nadie, comienza de cero". Pero igual me avisó al tiro: "Ahora cuida caballos porque gratis no es la cosa". Fue lo mejor porque trabajé en mí, para comprarme mi ropa interior, zapatillas, para valorarme yo completamente, que nadie me diera nada.

¿Y cómo es estar en la televisión con la posibilidad de llegar a Viña?

Todavía lloro cuando me veo en un comercial, porque digo: "Mira cómo estaba, que antes quería dejar de existir, y mira dónde estoy ahora, en un comercial". Verme hasta el ojo brilloso es demasiado valioso para mí. Mi exesposo me llamó y me dijo: "Oye, ¿cómo me tapaste el hocico? Es impresionante cómo saliste adelante. ¿Te das cuenta dónde estás?". Y valoró que una mujer no dependa de un hombre.

Me emociona Viña, pero no lo puedo explicar. Miro atrás y pienso que antes decía "Hoy no aguanto más y me voy a suicidar" y hoy me veo, posiblemente, en Viña. Hasta el año pasado estuve con una depresión terrible, silenciosa, yo hacía reír y nadie podía ver la pena a través de mis ojos. Ahora digo: "Puedo, yo soy talentosa, quiero que la gente me conozca". La risa es muy terapéutica. Lo más bonito que quiero lograr es que el público me quiera, que me quiera el público y la producción. Si la gente dice: "Ah, me gustó, esta es como chilena, me está representando", ahí tenemos un punto a favor.

¿Cuáles han sido sus referentes en el humor?

Siempre me he diferenciado de los demás. Antes me comparaban con la Chiqui Aguayo, pero ella es una dama al lado mío. Nada que ver los estilos, ja, ja, ja. También me comparaban con la (Bernardita) Ruffinelli. Estudié mi primer taller con ella y la fui a telonear un día. Al público le encantó. Después estudié con Jorge Pérez Videla, que también está en "Coliseo". Él es un coach muy importante para nosotros. Con el Sr. Kampos siempre decimos que somos los 'chupapico' del profe. Él trabajó mucho en mi autoestima junto a los demás chiquillos. Al principio me hacía mucho autobullying, pesando 96 kilos me sentía fea y ellos me ayudaron a empoderarme. Jorge Pérez Videla me aconsejó: "Agarra ese personaje seguro en el escenario, y así como calentona". Él siempre dice 'ten el vestido de novia en la cartera, planchado, porque en cualquier momento puedes pegar el salto'. Me abrió la mente y ahora después de las rutinas hasta las gorditas salen empoderadas. Aprendí que el físico no es lo más importante.