Es otro, muy diferente al que pudimos ver en el programa "Mentiras verdaderas" del pasado lunes 5 de octubre, donde la preocupación de los televidentes se manifestó rotundamente en las redes sociales.
Pero después de más de un mes fuera de la exposición mediática, Andrés Caniulef es otro. Más recuperado y sano, se ha ido reencontrando con personas muy importantes en su vida.
El periodista estuvo 10 días internado en una clínica de rehabilitación siquiátrica, tiempo suficiente para encontrar respuestas a su estado de salud mental.
Una fuerte depresión tenía al comunicador muy complicado, como él mismo contó en una entrevista publicada por Lun: "después del Mentiras verdaderas vinieron mis amigas María José Soto y Fabiola Flores. Les conté lo que me pasaba y ellas me dijeron que me internase, antes lo había desechado, pero ahora dije, sí vamos"
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Fue así como llegó la posibilidad de ayuda psiquiátrica para Caniulef, quien comentó cómo fue que llegó a este lugar, con muy poca ropa en su maleta y sin cinturón, porque en esos lugares está prohibido usar ese accesorio.
Andrés manifestó que estuvo sedado por 48 horas, tiempo en que sólo despertó dos veces. Tras eso, se reincorporó al tercer día y conoció a su psiquiatra, quien desde ese momento comenzó el tratamiento.
Las primeras tareas fue ordenar el sueño y la alimentación, donde él mismo comentó que "subí cinco kilos" y además integró talleres manuales, yoga, zumba, entre otros.
Tras la consulta si llegó al origen de la enfermedad, la ex figura de Chilevisión dijo que sí y que la profesional atacó desde la raíz el problema. Esa génesis se debía a que no tenía resuelto el problema con su padre.
"Cuando asumí mi sexualidad públicamente, él no la entendió y se creó un silencio permanente entre los dos", dijo.
Afortunadamente esas diferencias quedaron atrás y comentó que sus padres estuvieron muy presentes en esos días de terapia y tras una reunión en la clínica, Andrés les dijo que la responsabilidad también era de él al no decir "padre, te necesito".
Fue en ese momento en que añadió que "ver a tu papá llorar, más aún que es militar, hombre duro y que le dijese ´te quiero estoy orgulloso de ti, eres mi hijo y te voy a querer siempre". Andrés reconoció que esas eran las palabras que él siempre quiso oir.
Actualmente, el periodista va cada 15 días a la psiquiatra, volvió a vivir con sus padres y comparte con su familia y amigos. Además está conversando temas sobre un futuro trabajo, por lo que está en un momento de reencuentro consigo mismo.
"Estoy sano, ya no tengo la herida, se cerró" finalizó Caniulef.