La periodista de Televisión Nacional (TVN) y conductora del matinal Buenos Días a Todos, María Luisa Godoy, envió una estremecedora carta al director a diario El Mercurio sobre la actual crisis sanitaria derivada del Covid-19, criticando una supuesta acción discriminatoria en la atención de una paciencia con síndrome de down.
El texto abre describiendo la cruda situación que se vive en los hospitales a lo largo de Chile, comentando que “estamos viviendo días extremadamente difíciles. La pandemia avanza. “El virus solitario” no permite siquiera acompañar la agonía del ser amado. En la mayoría de los casos el paciente queda solo, esperando la llegada de aire a sus pulmones, tratando de sobrevivir en la escena mortal”, escribió Godoy.
Luego, y dejando entrever sus proyecciones de un recrudecimiento en la situación de los hospitales, la carismática comunicadora hizo referencia a los criterios de atención en los recintos de salud, indicando “cuando hay tanto desconocimiento e incertidumbre (de todos), uno espera dos gestos fundamentales. El primero, concordar en que frente a una catástrofe de esta magnitud no vamos a tener seres humanos de primera y de segunda categoría. Y lo segundo, que vamos a actuar en consecuencia con esta verdad del porte de una catedral, al costo personal que sea. Aquí no puede haber diferencias arbitrarias, ni prejuicios, aquí somos todos iguales. Ninguna vida vale más que otra”, enfatizó.
Y es que, el texto publicado coincidentemente el mismo día de la dimisión del ministro de Salud, Jaime Mañalich, versa sobre dos casos particulares: “Óscar Walter, un hombre de 38 años, falleció el 26 de mayo. Durante seis días esperó, en el Félix Bulnes, por un ventilador y nunca fue intubado. Su hermana, desafiando el contagio, debió brindarle asistencia básica, mientras la vida Óscar –sentado en una silla de ruedas en un pasillo frío– se apagaba cruelmente. Su caso fue parecido al de Yerka, a quien días antes y con 40 años, no le daban una cama en el Hospital Padre Hurtado. Al cabo de unos días, ante la insistencia tenaz de los familiares, el recinto cedió en su postura. Hoy Yerka se encuentra estable, fuera de peligro”, dice Godoy.
Agrega a la historia un fatídico desenlace: “La familia de Óscar, en cambio, nunca tuvo esta posibilidad. Y entre ahogos y quejidos, encontró la muerte”.
La misiva editorial culmina con una profunda reflexión, añadiendo un giro a la condición de ambos pacientes y aludiendo a los cribados internos que se aplican antes de dar atención.
“Ninguno de ellos fue prioridad. A los dos los unía el mismo detalle: Tener la condición de Síndrome de Down. Tanto a Yerka como a Óscar les fallamos como sociedad. Por eso hago un llamado, y me sumo al de tantas voces, para rebelarnos ante toda falta de humanidad. A unir fuerzas y exigirnos ser más justos que nunca cuando se trate de decisiones que signifiquen vida o muerte", sentenció María Luisa Godoy.
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