El pasado domingo la comediante Natalia Valdebenito se presentó en los Premios Caleuche 2023, certamen que transmitió Televisión Nacional (TVN).
Mientras hacía su rutina, la artista se tomó una pausa para referirse a las malogradas actuaciones de Nathalie Nicloux y Pablo Zúñiga en los festivales de Olmué y Las Condes, respectivamente, las cuales no tuvieron la aprobación del público presente ni en redes sociales.
"Merecemos respeto. En cada escenario merecemos respeto. Yo sé que se utiliza la pifia como una forma de manifestación, pero la verdad es que si un comediante no puede hacer su trabajo hasta el final, la gente nunca va a ver ese resultado y ese cariño que le pusieron", expresó Valdebenito.
Asimismo, afirmó que "detrás de cada rutina hay mucho trabajo, y yo pido respeto para mis compañeras y compañeros comediantes".
Si bien muchas personas estuvieron de acuerdo con su postura, entre ellas Javiera Contador, quien oficiaba como animadora de la premiación. No obstante, también generó la opinión adversa de otro grupo que no dudó en expresar su molestia en redes sociales.
Uno de ellos fue Rafael Gumucio, director del Instituto de Estudios Humorísticos y académico de la Universidad Diego Portales, quien lanzó a través de su cuenta de Twitter una breve pero certera opinión sobre el tema.
"Un humorista que pide respeto ya no es un humorista", fue el mensaje que expresó el también escritor, generando opiniones divididas entre sus seguidores.
"Hay un descontento"
Si bien Rafael Gumucio discrepa en este acto, también analiza el porqué el público se ha tornado más exigente con el humor. De acuerdo a una entrevista realizada por Las Últimas Noticias al exintegrante de Plan Z, teorizó que la pandemia fue uno de los responsables.
"Creo que un poco tiene culpa la pandemia. Hace mucho tiempo que no hay humoristas tan masivos. El contexto social puede influir para bien o para mal. Ese contexto puede dar mucha risa, pero también es cierto que hay una cierta impaciencia y los humoristas son los que cargan con esto. En Chile no sé por qué, es muy normal pifiar a los humoristas, no a los cantantes", explicó.
Tras eso afirma que actualmente existe "un descontento, una rabia, que los humoristas están cargando con ella" y sostiene que el humor realizado en festivales masivos como Olmué, Viña del Mar o Las Condes son mucho más complicados de realizar por la complejidad que requiere hacer reír a más personas.
"Me impresiona cuando lo logran, porque generalmente el humor es para un espacio reducido, para un lugar en que se produzca complicidad con los espectadores. El humor al aire libre, en festivales, cuando funciona, es milagroso", afirma.