A través de una declaración pública, gran parte del equipo de crónicas y reportajes de La Voz de los que Sobran anunció su renuncia al medio de comunicación, denunciando, de paso, graves irregularidades y abusos a los periodistas y trabajadores de sitio.
En tal sentido es que la misiva, firmada por los integrantes Josefa Barraza, Juan Pablo González, Luis Tabilo, Marcos Sepúlveda y Diego Bravo, apuntó directamente a las malas prácticas que el directorio del medio, compuesto por los exrostros televisivos Alejandra Valle, Daniel Stingo, Mauricio Jürgensen, además de Francisca Quiroga, habrían ejercido contra los profesionales abocados a la investigación periodística.
De esta forma, es que, conforme se indica en el texto, el equipo denunció que habrían estado trabajando durante ocho meses sin contrato ni pago de cotizaciones, señalando que “se hicieron promesas y se entregaron fechas tentativas. Sin embargo, el contrato nunca llegó para ninguno de los periodista”, puntualizaron, añadiendo que “esta situación tampoco es coherente con las razones que nos motivaron a unirnos al proyecto La Voz de los que Sobran con posterioridad al estallido. El medio se creó con un compromiso social, con un discurso claro desde los conductores del matinal, que hoy no se condice con la situación que viven los periodistas dentro del equipo”, indicaron.
Es preciso señalar que a la renuncia de todo el equipo de investigación se suma también la de la editora Carolina Rojas.
Asimismo, y dejando entrever las discordancias del equipo con los lineamientos editoriales solicitados a pedido del directorio, los profesionales denunciaron que acabaron “trabajando 24/7, sin horarios definidos y sin que se respetaran momentos de descanso, ni siquiera los fines de semana”, arguyen, agregando que “la dirección solo pedía más visitas y más golpes periodísticos, casi todos los días. Los reportajes eran escritos hasta altas horas de la noche y nos exigían entregar una portada diaria”.
Punto de quiebre
Respecto a la serie de instancias que acabaron por colmar la paciencia del equipo de crónicas y reportajes, el texto añade, entre otras situaciones, que “la semana pasada nuestra editora tuvo que pedir que no se le escribiera a los periodistas durante el fin de semana, que se redujera la carga laboral y que no se utilizara a los alumnos en práctica sin inducción para suplir la falta de profesionales. Nos consta que ellos también asumieron cargas laborales exigentes y que eso generó alertas en el equipo”, señalaron.
Pero el quiebre definitivo “fue un enfrentamiento con el directorio por una situación que consideramos que atentó contra la lealtad y la ética periodística al interior del mismo medio”, dijeron, sugiriendo que la renuncia masiva de profesionales no se habría producido en buenos términos, y agregando, en relación a los lineamientos editoriales, que “tampoco estamos de acuerdo con el clickbait o contenidos de baja calidad en pos de aumentar visitas”, se indica casi al cierre del documento.