Un programa de talentos, en el que los concursantes deben imitar a famosos músicos, parecía buena opción para tres artistas nacionales, quienes tras largos años de carrera quisieron apostar, nuevamente, por la televisión de la mano de Yo Soy.
Aludiendo a encontrar al "mejor imitador de Chile", el estelar debutó por las pantallas de Chilevisión el pasado 12 de mayo, ganándose de inmediato la atención de un público fiel, que noche a noche comenta los shows de los participantes.
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No obstante, contrario a lo que ocurre en pantalla, donde todo es espectáculo, risas y canto, cuando las cámaras todavía no empiezan a funcionar, la situación al interior del programa es completamente opuesta a lo que se aprecia en pantalla.
Favoritismos, injusticias e, incluso, deplorables condiciones y tratos denigratorios por parte de la producción de Yo Soy es lo que acusan tres exparticipantes del estelar. Todas ellas, con distintos estilos musicales e imitando a reconocidas artistas, postularon al espacio con la intención de tener una vitrina para mostrar su talento en la televisión abierta. Pero a medida que pasaban los días de grabaciones, fueron dándose cuenta de que no todo era color de rosa.
El Filtrador entrevistó a las cantantes, quienes solicitaron mantener sus nombres en reserva por seguridad y también para salvaguardar su futuro artístico como cantantes.
Un mínimo de preocupación
"Invitar a alguien a tu hogar y no preocuparte de su comodidad". Esa es la analogía utilizada por las artistas para narrar su experiencia en Yo Soy. Las cantantes habían participado de apuestas similares en otros canales, por lo que su punto de comparación es extenso, tan amplio como los diversos y cuestionables momentos que ellas y otros imitadores dicen haber vivido durante su participación en Yo Soy.
"El trato con el personal es bueno. Solo que tal vez las condiciones muchas veces no lo eran", explica una de las exparticipantes del programa de Chilevisión, que para este reportaje llamaremos Carmen, detallando que una queja constante era el favoritismo y privilegios que algunos pocos tenían, lo cual se desglosa en una serie de argumentos contra la producción.
"Es un circo pobre", sostiene Paulina (nombre ficticio), al asegurar que, durante las largas horas de grabación (que en algunos casos se extendían durante toda la jornada), nunca se les ofreció comida, solo agua. De hecho, la molestia habría llegado a tal punto que le reclamaron a la producción, consiguiendo que les dieran vales para el casino del canal. Pero esto, como recalcan, se logró solo tras exigir en varias oportunidades esta mínima atención.
Sin embargo, su malestar no termina allí. Otra situación que también reclamaron fue la falta de disponibilidad de estacionamientos. Si bien, otra participante del programa afirmó que desde un comienzo se les informó -vía email- que no tendrían acceso al estacionamiento, al llegar a Machasa se encontraron con que había muchas plazas sin ocupar.
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"Es cierto y lo hemos comentado entre nosotros. El problema es que queda ahí. El otro día nos tratamos de reunir para conversarlo entre varios, estaban muy molesto todos. Pero mientras sigan en carrera, la mayoría se queda callado", explica a quien llamaremos Catalina para este reportaje.
Bajo este contexto, con su potente voz, la artista expone que la molestia era mayor al ver cómo algunos sí disponían de estas garantías, lo cual no hacía más que incrementar la sensación de injusticia. Y ésta llegaba a altísimos niveles cuando, además de lo antes narrado, se le suman los privilegios relacionados a toda la producción que conlleva participan en un programa de talentos.
El show debe continuar
Las exparticipantes también acusan una gran desorganización a nivel de producción, reflejada no solo en el hecho de que hasta hoy desconocen cuál es el premio final que entregará el estelar, sino que tampoco saben cuánto durara el desarrollo de la competencia.
"No me hicieron entrevistas", recuerda Paulina y agrega que su eliminación del programa se dio en cuestionables circunstancias cuando, luego de ser notificada que pasaría directo a la gala, fue escogida para enfrentar un duelo en el que no pudo cantar la canción que había preparado.
Este reclamo, con respecto a las denominadas "pistas", es transversal, e incluso generó molestia en otros participantes. Las entrevistadas por este Portal aseguran que la producción define las canciones que deben interpretar, no obstante, hacen hincapié en que a los imitadores favoritos sí se les permite elegir una pista que les acomoda. "Es un secreto a voces", precisan.
Por otro lado, puntualizan que durante los primeros capítulos se enfrentaron a la incómoda situación de no contar con maquilladores, vestuaristas ni peinadores para caracterizarse en sus respectivos artistas. Motivo por el cual, muchos accedieron a llegar a CHV completamente caracterizados, a primeras horas de la mañana. Algo que indignó a varios.
"Tuve un par de diferencias con la producción porque yo llevaba personas que me ayudaban y me prohibieron llevar a nadie que fuera externo (asesores). El canal no me puso nada hasta la quinta presentación", explica Catalina, siendo apoyada por las demás dobles, quienes vivieron una situación similar.
“Las clases de canto y baile no son reales", afirma Paulina, pues el programa solo las incorporó a la preparación previa de sus shows cuando notaron el creciente descontento de los participantes.
Por qué hablar
"Nuestro país debería ser más respetuoso con sus artistas", sostiene Paulina al ser consultada sobre porqué decidió romper el silencio, razón que también motivó a Carmen a contar su experiencia, a fin que otros no vivan lo mismo que ellas.
"Tú sabes que todos los programas están arreglados, inclusive el horario donde tiran las presentaciones está arreglado... Todo eso uno lo sabe, pero mientras la cuestión es decente tú vas a decir: 'tranquilo'. Pero aquí no fue así, no fue decente el trato. Ahí quedas con una mala sensación, da lo mismo no saber el premio, pero si te trataran bien no te irías con esa sensación", expresa Catalina.
"Preocúpate que coma, que tenga donde estacionar, que me sienta a gusto. Somos nosotros lo que te hacemos el programa, no hay un respeto, un cariño. Estar a disposición de ti, y no que te hagan sentir que tú no vales nada", agrega.
Chilevisión: La contraparte
El Filtrador conversó con otros dos exparticipantes de Yo Soy a quienes se les consultó sobre las denuncias de sus compañeras. Si bien uno de ellos rectificó el problema de las pistas, en general, ambos concordaron que su experiencia dentro del espacio fue buena.
Con respecto a lo anterior, las entrevistadas creen que se debe a que muchos de los imitadores eran amateurs y el estelar de CHV fue su primer programa. Por tanto, no tenían con qué comparar su experiencia vivida.
Asimismo, este Portal solicitó contar con la versión oficial del canal privado. Y su respuesta, aunque breve, consigna que "desde la producción del programa se entrega servicio de alimentación, tanto para aquellos participantes que están medio día como para los que están día completo'". En cuanto a los otros puntos detallados en esta nota, El Filtrador no obtuvo respuesta.
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