El recientemente nombrado Premio Nacional de Periodismo, Ascanio Cavallo, desmenuzó sus perspectivas sobre la era digital en el que se desarrolla la profesión de las comunicaciones y los errores del gremio durante el estallido social y la pandemia.
Y es que, cabe recordar, hace aproximadamente una semana el actual columnista de diario La Tercera y Canal 13 fue galardonado con el máximo reconocimiento al periodismo nacional luego que el jurado a cargo, encabezado por el actual ministro de Educación, Raúl Figueroa, se decantara por destacar la trayectoria del cronista conocido por sus múltiples obras sobre la dictadura y la transición a la democracia.
En tal sentido, y arguyendo a las necesidades de información en el contexto de la crisis sanitaria derivada de la expansión del Covid-19 en suelo nacional, es que Cavallo fustigó el rol de las redes sociales en la difusión de información y contenidos, aseverando que “han demostrado ser un peligro para la democracia”.
Sobre la misma, el destacado escritor agregó que “lo que el público necesita no es información random, por así decirlo, es información procesada, elaborada responsablemente con ciertos cánones, con ciertas normas y no una especie de río de opiniones que fluya hacia donde está toda la gente”, dijo en conversación con La Tercera.
Asimismo, consultado sobre las diferencias de la postura de los medios en la pandemia y durante el estallido social de mediados de octubre de 2019, Cavallo precisó que hubo una serie de errores y debilidades en los medios para enfrentar este tipo de acontecimientos.
“Los medios estamos débiles, no tenemos reporteros suficientes, no tenemos gente que salga a la calle. Yo creo que hubo una combinación, tanto de energía en las salas de redacción como de desconcierto. La experiencia histórica te muestra que todas las multitudes, todas las multitudes sin excepción, son peligrosas para la prensa. Todas son enemigas de la prensa, en todas somos sapos, mirones, gente inoportuna. Por lo tanto, en una multitud siempre vamos a correr peligro, pero hay que afrontarlo, esa es la pega”, argumentó, dejando entrever que el principal punto débil fue la negativa de los medios a cubrir en la calle lo que estaba ocurriendo.
De lo anterior, es preciso señalar que El Filtrador recabó antecedentes que daban cuenta de reuniones y acuerdos entre los canales de televisión para limitar la cobertura en terreno durante los días en que la crisis social recrudeció con más fuerza.